Era de frente despejada, dejando al descubierto su pelo escaso y sus prominentes orejas, signo de vejez.
Su tonsura propia de los frailes, da a conocer su parte religiosa, escribiendo obras a diferentes personajes bíblicos.
La mirada caída, mostraba sumisión y respeto por sus creencias religiosas.
Su nariz, un tanto aguileña daba a conocer parte de su carácter. Un gran carácter, Tirso hacía sus argumentos muy complicados, dificiles de seguir, con mucha psicología nunca vista en personajes de novelas, como es el caso de la obra "Don Gil de las Calzas Verdes", sin embargo sus obras interesaban e intrigaban al lector.
También fue un escritor destacado en la comedia, lo cual nos da a conocer su sentido del humor, por ejemplo, obras como "Por el sótano y el torno".
Naciendo en la capìtal del Imperio, en Madrid, se fue a Soria, una ciudad tranquila, pequeña y familiar, donde murió junto a lo que más quería, sus libros y su ciudad.
Iván y Víctor
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