Lentamente los monjes suben la ladera al compás de la doméstica campana que les llama al recogimiento. Nos espera un fructífero curso 2012-2013. ¿Habrá novedades?
Esta pequeña
y curiosa frase pertenece a Fray Luis de
León un profesor agustino del siglo XVI de la Universidad de Salamanca, el cual
estuvo 5 años en la cárcel y al salir continuó su carrera de docente. La frase
la utilizó al comenzar su clase diciendo a sus alumnos “Como decíamos ayer…”
esto era una ironía en la que demostraba que el tiempo perdido, esos 5 años, no
tenía ningún peso en su propósito de difundir su cultura.
Ya superamos
las cinco mil visitas en el blog, los
seguidores de twitter aumentan cada semana, y en el facebook estamos a punto de rozar los 200 amigos.
La verdad,
amigos, es que sin vosotros no habríamos llegado tan lejos.
Queremos
agradeceros todo vuestro apoyo y cariño, porque sin vosotros, no existiríamos.
Aprovechamos
también el momento para agradecer a Sam Foucault por habernos dado una
esperanza para seguir con el facebook. Al principio, era un fracaso total. No
entendíamos el mecanismo de esta red social y, en un mes, conseguimos tan solo
un par de amigos. Pero un día, llegó un extraño y simpático mensaje que traería
nuevas esperanzas para seguir y
prosperar. También les queremos agradecer desde aquí a Olivia Ardey, Libros que voy leyendo, Carolina Iñesta Quesada, Las letras molan, Amber Lake , Javier Arias Artacho, Lovercriano Web, Megan Maxwell, Adelaida Porras Medrano por habernos apoyado y habernos tratado tan bien.
Un saludo a todos nuestros amigos de facebook, que también han jugado un papel
importante en el avance del blog.
Silva( del latín selva) es aquella estrofa que posee versos alternados entre
heptasílabos y endecasílabos, con rima consonante y en la que algunos versos
pueden quedar sin rimar.
Si no hubiera sido Berceo hubiera sido otro. El caso es que
la necesidad del ser humano de contar lo que siente o lo que piensa es una
fuerza tan potente que encuentra siempre huecos por donde salir y si no los hay
los crea. Por eso escribo.
Desde Berceo hasta Delibes ha habido muchos oficiales.
Grandes genios de la escritura. Sin embargo son muchos más el ejército de
lectores que han bebido sus letras y las han ido sembrando en otros corazones a
lo largo de sus vidas.
Hoy nos ha dejado uno de ellos. Lo recuerdo a menudo tal
como lo pinté hace unos años. Solía ir contento a su trabajo en la Renfe,
silbando. Con pasos cortos sacaba su moto Guzzi del corral moviendo los hombros
al compás de alguna canción sanjuanera.
En su salón, mis ojos infantiles grabaron para siempre dos sujetalibros
de aire románico que emulaban las figuras sedentes de Isabel y Fernando. El Círculo
de lectores, al que Andrés pertenecía, los había creado para custodiar aquellos
volúmenes que alimentaban mi curiosidad y añadían carbón a la locomotora del
mundo que constantemente imaginaba. Recuerdo la silueta de Charles de Gaulle en
la portada de uno de ellos bajo un punto de mira y la palabra “Chacal” en
alguna parte de la tapa. Por entonces ni se me ocurría ser capaz de leer algo
tan grueso, pero ahí estaban. Libros.
Creo que fue entonces cuando, al calor del cariño que
siempre respiré entre su familia, tuve conciencia de que había un mundo de
letras en el corazón de cada ser humano.
Gracias por regalarme tantas horas de juego con tus hijos. Un
abrazo muy fuerte donde quiera que estés.