¿Qué tal por el convento?
Tras varios días de largo camino, he conseguido llegar a Santiago. El ambiente que se respira por aquí es muy tranquilo, y mi estancia está siendo muy acogedora.
Dentro de unos minutos, tendré que reunirme con los frailes de la catedral, así que tendrás que disculpar mi brevedad.

Fray Lloricas, no te pongas en lo peor, que sé cómo eres. No me voy morir ni nada por el estilo. Estoy en perfecto estado, y no creo que corra mucha peligro, pero por si acaso...
Seguramente te preguntarás: "¿Por qué a mí?", pues sinceramente, te he escogido porque, si se la hubiera escrito a Fray Arañazos se habría puesto histérico, y si se pone histérico, de él no se salva ni Dios (bueno, ni de él ni de sus arañazos).
Además, llevamos toda una vida juntos, y eres prácticamente mi hermano, por eso te encomiendo esta labor.
Desde aquí, te mando un cordial saludo. Hasta la próxima página ;)
Ana, María y Marta
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