Su pelo negro y largo sin peinar cubría una cabeza grande y
redonda como una sandía. Con aspecto de ser un chico
humilde, hambriento y
pícaro. Unos ojos saltones reflejan en
cada mirada su astucia al hacer las
cosas. Nariz larga y picuda
que le iba
creciendo en cada una de sus mentiras para su
supervivencia. Ropas mugrientas
que dicen de él que tenía lo justo para
comer. Y si podía satisfacer su hambre era gracias a
sus amos o a sus engaños.
Laura y Jeffred.
Qué difícil es encontrar un lugar destinado a los clásicos y más aún describirlos en pocas palabras.
ResponderEliminarSeguiré por aquí..
Un abrazo
A nosotros los clásicos no es que nos llamen mucho la atención pero siempre es más ameno y mucho más divertido para esta nuestra clase en hacerlo a través del blog que en el cuaderno, porque así también podemos dar a conocer a todo el munco nuestros conocimientos.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, te esperamos..
Un saludo.