VIAJE POR LA LITERATURA CASTELLANA.
Lentamente los monjes suben la ladera al compás de la doméstica campana que les llama al recogimiento. Nos espera un fructífero curso 2012-2013. ¿Habrá novedades?

jueves, 8 de marzo de 2012

Francisco de Quevedo


Nació en la conocida ciudad de Madrid. Sus padres desempeñaban altos cargos en la corte, por lo que desde su infancia estuvo en contacto con el ambiente político y cortesano. Estudió en los jesuitas y posteriormente, en las Universidades de Alcalá de Henares y de Valladolid,  donde adquirió sus dotes de gran poeta y su famosa su rivalidad con Góngora.
Fue acusado, falsamente de haber participado en la conjuración de Venecia, donde sufrió una gran caída en desgracia como resultado de la caída del duque de Osuna, que fue desterrado a Torre de Juan Abad (Ciudad Real).


Poco le duró esta etapa ya que pronto recobró la confianza real, con la ascensión al poder del conde-duque de Olivares, del cual pasó a ser su protector y le dio el título honorífico de secretario real. Quevedo volvió a poner en peligro su estatus político al mantenerse en contra de la elección de santa Teresa lo que le condujo a un nuevo destierro, esta vez en el convento de San Marcos de León. 
Pasó cuatro años encarcelados en la cárcel donde escribió versos ofensivos contra el rey.
Con una salud ya muy deteriorada , el 8 de septiembre de 1645 muere en Villanueva de los Infantes.






Tras esas gafas, unos pequeños ojos solo buscaban esconderse de la realidad de aquella época. Olvidandose por un momento de las personas y pensado solo en si mismo.
Su boca, intentaba sacar las palabras exactas con las que labrarse una buena fama, que llevaba buscando hace mucho tiempo y no conseguía ganar.
Su rostro se fruncía al oír el nombre de Góngora y su bigote intentaba hacer el intento de tapar su boca, que se llenaba de blasfemidades y la sangre que corría por sus venas se convertía en fuego.


MARTA Y AROA.

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